martes, 10 de abril de 2018

EL RÉGIMEN LO CONTROLA TODO

MANUEL MEDEROS

Al calor de la lluvia de millones en los Presupuestos Generales del Estado el triunfalismo se ha instalado en Canarias como marca de propaganda. Millones, muchos millones para obras, para muchas obras convertidas en talismán de los problemas sociales de Canarias. Nada más lejos de la realidad. Las obras, palanca del cambio que propugna la política local que sufrimos, traerá lo de siempre, beneficios para muy pocos, empleo para algunos, clientelismo político y fotos de inauguraciones.
¿Es suficiente y es un éxito conseguir más dinero para obras? Creo, sinceramente, que no. Canarias sufre un grave déficit en la distribución de la riqueza, en materia de atención a las personas y en calidad democrática. Necesitamos reconducir nuestro sistema y otras políticas que mejoren sustancialmente los servicios públicos, especialmente las áreas sociales, la solidaridad con los más desfavorecidos y un impulso al empleo estable y de calidad frente a las miserias que ha dejado la crisis económica con el placet del Estado, más metido en las macrocifras que en el deterioro que han sufrido la vida de cada uno de los españoles. Ahí están las cifras de los desastres en materia de paro y servicios sociales. Miles de canarios en las listas del paro y en situaciones extremas, acudiendo a las organizaciones privadas para sobrevivir, repartiendo miserias de subvenciones, deambulando por servicios públicos en busca de ayudas menores para llegar a fin de mes. Ahí están millones de trabajadores con sueldos indignos, multiplicándose cada día para poder mantener a sus hijos comidos y vestidos, con lo mínimo indispensable para mandarlos al colegio o sostenerlos en las universidades. (...)